El proyecto surge de la necesidad de transformar un garaje en una vivienda para invitados. Dos opciones que quedan enmarcadas en el entorno por su naturaleza y vegetación circundante. Ambas opciones se ubican en el corazón de un campo de golf. Un emplazamiento privilegiado destinado para el disfrute de sus residentes y visitantes.
En la primera propuesta, se decide llevar el garaje a la planta superior, a la cual se puede acceder mediante la escalera lateral de la vivienda. De esta manera, se libera espacio en la planta baja para que se convierta ahora en un oasis de comodidad con dos habitaciones y sus correspondientes baños.
Los tonos neutros y la piedra natural brindan a la vivienda de luminosidad y de una estética mediterránea. Con sus grandes ventanales se puede observar las vistas panorámicas al campo de golf y disfrutar así de la naturaleza desde el interior.
Su garaje queda cubierto por una gran pérgola que deja tamizar la luz y ofrece protección a los vehículos estacionados tanto los días de sol como los de lluvia.
En la segunda propuesta, la vivienda queda mejor integrada gracias a sus materiales que se confunden con los muros y la naturaleza. En esta opción, el garaje se sitúa detrás de la vivienda. Los tonos marrones de la piedra natural hacen que quede integrada entre la vegetación.
Sus grandes ventanales permiten la entrada de luz natural al interior de la vivienda.
De igual forma, destacar la integración con el entorno y la transformación a un lugar habitable.