Este proyecto de arquitectura residencial colectivo se destaca por sus cinco plantas, las cuales cautivan con su diseño atemporal, sumergidas en tonalidades neutras y envueltas en detalles de madera perfectamente entrelazados.
Como una obra maestra en blanco, este edificio se alza en perfecta armonía con su entorno, emanando una estampa moderna y elegante.
La madera, cuidadosamente esculpida en los detalles, aporta una envolvente calidez y una textura exquisita que deleita los sentidos.
Amplios ventanales permiten la entrada de luz natural en cada una de las plantas, brindando vistas panorámicas del entorno en el que se encuentra. De esta manera, los residentes pueden disfrutar de la belleza de los alrededores desde la comodidad de sus hogares.
La azotea del edificio se transforma en un lugar de descanso con su piscina y una espaciosa terraza adornada con asientos cómodos, invitando al disfrute de la naturaleza.