El complejo residencial compuesto por tres viviendas unifamiliares se ubica en primera línea de mar en una cala del mediterráneo. Una hermosa cala en la Costa Blanca. Esta pequeña playa de arena dorada y aguas cristalinas es un lugar tranquilo para el disfrute del sol y el mar.
Está rodeada de acantilados y vegetación mediterránea, lo que la convierte en un refugio para los amantes de la naturaleza y aquellos que buscan relajarse en un entorno más tranquilo que las playas más concurridas de la región.
Las viviendas quedan adheridas y entrelazadas a la tierra aprovechando al máximo el tamaño de sus parcelas, encajándolas como si de un puzle se tratara. Desde su calle se puede observar la cara opuesta de las viviendas dejándose ver sólo una planta, sin poder ver las demás. Por lo tanto, la planta baja queda escondida desde la calle, pero descubierta en la otra cara de las viviendas para poder obtener unas increíbles vistas hacia al mar.
La planta baja actúa como zona de día. Aquí encontramos la piscina dentro de un jardín lleno de vegetación mediterránea junto a su barbacoa para disfrutar al aire libre con la familia y amigos y, su planta superior es la zona de noche para los residentes, protegiendo la privacidad de estos en los dormitorios, ya que se accede a la casa desde esta planta.
En la planta cubierta se proyecta un jacuzzi. Un espacio íntimo que ofrece las mejores vistas al mar de cada una de las viviendas, un lugar donde se respira tranquilidad y serenidad dentro de este increíble emplazamiento.
Sus impresionantes vistas al mar hacen de estas viviendas un lugar idílico para vivir donde el mar transmite la calma necesaria para una vida relajante a la luz del sol y el sonido del mar.