La residencia se sitúa en Ciudad Quesada, un refugio idílico que brinda una experiencia de serenidad y paz inigualable. Mediante una selección de vegetación diversa, la vivienda se fusiona de manera natural con su entorno, estableciendo una conexión trascendental con la naturaleza circundante.
Un proyecto donde destacamos la utilización predominante de materiales como la piedra natural careada y tonalidades de madera natural. La presencia de pérgolas exteriores, cuya finalidad radica en proporcionar sombra en los días soleados, permite un juego lumínico sutil y atenuado. Las líneas paralelas al suelo y los diversos encuadres confieren a la residencia una apariencia de volúmenes integrados en el juego de sombras.
El jardín, diseñado meticulosamente, engloba una piscina y un espacio de relajación y reunión, creando así un entorno idóneo para desconectar y relajarse. Constituye un refugio perfecto para que los propietarios encuentren un momento de desconexión en un ambiente enriquecido por la naturaleza que lo rodea.